¿Y si el mezcal fuera una ideología?
Una historia sobre tiempo, intención y elección.

México, a 12 de agosto de 2025.- The Lost Explorer no está aquí para contarte cómo se hace un mezcal. Está aquí para preguntarte cómo eliges vivir.
En tiempos donde lo rápido es norma y lo uniforme es comodidad, este mezcal oaxaqueño artesanal propone otra cosa: detenerse. Preguntar. Observar lo que usualmente pasa desapercibido. ¿Por qué bebemos lo que bebemos? ¿Qué historias se ocultan en cada sorbo? ¿Cómo se siente un lujo que no necesita ser ostentoso?
The Lost Explorer nació en las montañas de Oaxaca con una misión clara: producir un mezcal artesanal que honre la tierra, las comunidades que la cuidan y la curiosidad como forma de vida. Su producción se hace en pequeños lotes, sin aditivos, siguiendo prácticas ancestrales y con una clara mirada hacia la sostenibilidad.

Desde sus primeros días, la marca implementó procesos de cocción que reducen el uso de leña en hasta tres toneladas por lote, y ha incorporado paneles solares, agricultura regenerativa y reciclaje de residuos para reducir su huella. Todo esto, mientras mantiene un proceso lento, manual y auténtico, opuesto a los métodos industriales del tequila.
Hoy, The Lost Explorer explora nuevas rutas desde su origen: ha sumado también tequila, producido en Jalisco bajo los mismos principios de respeto, mínima intervención y máxima intención. En ambas categorías, la marca no busca escalar sin alma, sino preservar el alma en cada escala.
El maestro mezcalero Fortino Ramos lo resume así:
“Nuestro trabajo no es imponerle sabor al agave. Es dejar que se exprese como quiera, cuando quiera. Respetar su ritmo. Y en ese proceso, aprender también a respetar el nuestro.”

The Lost Explorer es un mezcal que prefiere hablar bajito. Que no busca llenar anaqueles, sino momentos. Está hecho en pequeños lotes, con agaves silvestres y cultivados de forma sostenible. Cada botella es reciclada. Cada etiqueta, biodegradable. Cada decisión, pensada. No por estética, sino por coherencia.
Más que un destilado, es una forma de estar en el mundo: con los pies en la tierra y la cabeza abierta. Sin prisa. Sin dogmas. Con curiosidad.
Pero no todo se bebe. Algunas cosas también se miran, se tocan, se guardan. La estética de The Lost Explorer no busca parecer artesanal: lo es. Cada botella, con su vidrio reciclado soplado individualmente, tiene el peso y la textura de un objeto que fue pensado. El diseño no grita, pero no pasa desapercibido. Habla el lenguaje del silencio, del ritual, del detalle. Es el tipo de objeto que uno quiere conservar mucho después del último sorbo.

Esta no es una nota de producto.
Es una invitación a beber como si importara.
A regalar atención. A escuchar lo que el tiempo quiere decir cuando no lo apuramos.
A recordar que el verdadero lujo, hoy, es elegir con alma.
Disponible en tres expresiones:
Espadín (fresco, cítrico y frutal), Tobalá (tierra y elegancia), Salmiana (verde, salvaje, complejo).
Todas hechas en Oaxaca. Ninguna igual a la otra.
Más información en: thelostexplorer.com
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